
Hoy, ClubOcean se defiende de las acusaciones difamatorias realizadas por el Sr. Ivàn Quezada, "periodista" de El Economista, en su artículo publicado el 22 de abril de 2022.
A pesar de un inicio de contacto cordial, el Sr. Quezada ha dejado de responder a nuestras comunicaciones desde que le ofrecimos una videollamada para explicarle en detalle qué es ClubOcean y corregir la información errónea presente en su artículo.
Es por esto que hemos presentado una denuncia formal y estamos ejerciendo nuestro derecho de réplica a través de este artículo.
Vínculo con Sea Turtle Conservancy
En su texto, el Sr. Quezada menciona la asociación Sea Turtle Conservancy (STC) y afirma que utilizamos sus dispositivos de seguimiento, insinuando una colaboración con ellos.
Sin embargo, es importante aclarar que esta colaboración nunca ha tenido lugar, ya que STC tiene una colaboración exclusiva con otra marca de pulseras competidora y nosotros nunca hemos afirmado tal colaboración.
Además, es esencial señalar que existen falsificaciones de nuestros productos, vendidas por sitios ClubOcean falsos (mencionados en nuestro artículo aquí), que posiblemente proporcionan enlaces de seguimiento STC (se trata de una hipótesis) a clientes que acaban siendo estafados. Es por esta razón que STC nos menciona entre los sitios de estafa, ya que estas falsificaciones se han multiplicado, incluyendo sitios que usurpan nuestro nombre.

Queremos dejar claro que no utilizamos los dispositivos de seguimiento de STC y nunca hemos remitido a nuestros clientes a ellos.
Actualmente estamos haciendo todo lo posible para explicarles la situación. Por lo tanto, es imposible que los clientes del sitio oficial de ClubOcean.co sean los responsables de las perturbaciones reportadas por STC.
Pulseras fabricadas en China
Otro punto abordado por el Sr. Quezada se refiere a la fabricación de nuestras pulseras en China. Nunca hemos ocultado esta información y la mostramos claramente en nuestra sección de preguntas frecuentes (FAQ), la cual el Sr. Quezada podría haber consultado durante su supuesta "investigación" para El Economista.

Sí, nuestras pulseras son fabricadas en China, dentro de circuitos cortos que cumplen con nuestros propios estándares de calidad. Es incorrecto afirmar que nuestras pulseras son idénticas a las vendidas en AliExpress.
Además, nuestros márgenes de beneficio son similares a los de otros sitios del mercado, incluyendo aquellos que son socios oficiales de Sea Turtle Conservancy.
Estos márgenes nos permiten remunerar a nuestro equipo en ClubOcean, el cual brinda un servicio de envío rápido, seguro y con seguimiento de paquetes, así como un servicio al cliente disponible durante toda la semana, respondiendo a las consultas por correo electrónico y en redes sociales en un plazo de 24 horas.
Asimismo, estos márgenes financian nuestras campañas publicitarias, las cuales no solo generan ventas, sino también suscriptores a nuestro boletín informativo de concientización para adultos y niños. Por último, respaldan las donaciones y acciones que llevamos a cabo de forma regular, y que se detallan en la sección "Nuestras acciones" (la cual parece que el Sr. Quezada no ha consultado).

Lamentablemente, todo parece indicar que el Sr. Quezada no se ha tomado el tiempo de leer toda la información transparente que ampliamente difundimos en nuestro sitio web, ya sea en nuestra sección de preguntas frecuentes (FAQ) o en la sección dedicada a nuestras acciones.
"En investigación" sesgada y no periodística
Finalmente, para aclarar las cosas, el Sr. Quezada afirma haber intentado contactarnos durante su investigación. Recibimos su correo electrónico, al cual no dimos seguimiento debido a que no presentaba una presentación detallada suficiente, y esto ocurrió tres días antes de la publicación de su artículo.
¿Es este el comportamiento de un periodista digno de El Economista, buscando producir un artículo neutral y basado en la verdad, o es el comportamiento de alguien cuyo único objetivo es dañar la reputación de una marca para generar vistas?
Como se mencionó anteriormente, el Sr. Quezada ya no nos ha respondido desde que le ofrecimos una videollamada para explicarle en detalle qué es ClubOcean y corregir su artículo. Parece que ha logrado sus objetivos, sin importar el costo y el impacto en la supuesta "causa" que pretende defender.
Conclusión: ¡Cuidado con las simplificaciones fáciles!
En conclusión, queremos recordarles que ClubOcean es una empresa legítima y comprometida, que lucha por la preservación de los océanos y la vida marina.
Las acusaciones infundadas hechas por el Sr. Quezada y difundidas por El Economista no reflejan nuestra realidad y nuestras acciones.
Invitamos a los lectores a visitar nuestro sitio web oficial, leer la información transparente y formarse su propia opinión sobre ClubOcean en lugar de leer artículos sesgados y sin un trabajo de investigación serio.